jueves, 22 de abril de 2021

¿Paseamos?

 

 

 

 


 

 

La música de Gavin Luke suena monótona, adormecedora y hermosa, en la casa reina un silencio que se mete entre las cortinas de la sala y sale dando un paseo hacia el pasillo, allí se detiene en cada cuadro, en cada aplique, perdiéndose al fondo donde nadie vive. También se puede mirar por la ventana y contemplar los pastos de las colinas por allí al frente y los coches en la calle, incluso los arreglos en el parque infantil que no se acaban nunca.

Podría haber escrito un libro, bueno, lo hizo, pero no sola, podría haber tocado el piano, incluso tal vez hubiera sido una buena pintora, podría, pero no ha sido así, no tuvo fuerza suficiente, ni ocasión, seguramente ni una gran voluntad. Ahora que el tiempo le acompaña no tiene nada que decir. Pero cuando se sienta delante del ordenador los dedos se adelantan a sus pensamientos y desearía que brotara de ellos la historia más emocionante y que ella supiera contarla.

Ültimamente le han preguntado por qué no vuelve a pintar. No sabe, de nuevo la pereza. Ha puesto cerca de su mesa los pinceles en dos jarros blancos y los vasos con agua para limpiarlos, un trapito, papel de cocina, lapiceros y una preciosa caja de acuarelas y le llaman, están ahí quietas mirándole fijamente y a veces no puede decirles que no.

Gavin Luke sigue tocando el piano, vuelve a mirar por la ventana y el sol brilla, en la Farmacia el termómetro marca 20º y comienza su lucha por salir a dar un paseo o quedarse en casa. Hubo un tiempo en que pasear era mucho más que recorrer las calles.

 

 

 

 

 

 

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