domingo, 2 de febrero de 2014

© Tal vez mañana será ayer de nuevo


















Justamente fue ayer cuando pensaba
que daría la vuelta al mundo
que viajaría de nuevo muy lejos.          
Pasearía a la orilla del Sena           
o volvería, tal vez, un día a Roma
donde siempre fui feliz
o a los bosques umbrosos
de la Selva Negra.
Subiría a las cumbres del Pirineo,
bajaría a la pradera de Ordesa
y escucharía murmurar al río,
el sol marcaría las sombras de los árboles
reflejándose en el agua del Ara.

Eso fue ayer por la mañana y la tarde,
a todas horas del día pensaba:
vuelvo por fin a ser yo misma de nuevo
y me lo creí. Por eso me sorprende
que hoy mismo, sin ir más lejos
regresa el conocido cansancio de ahora
la queja apenada de mi cuerpo
que se niega a responder a mi ilusión
y retorno al tiempo que me toca
a la protesta silenciosa de mis huesos
a esta extraña sensación de obsolescencia.

Pero hoy es hoy y tal vez mañana será ayer de nuevo.

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