viernes, 2 de diciembre de 2016

Ambrosía


Netwriters Tema: Travesuras






Santi y yo teníamos once años y muchas ganas de divertirnos. Era verano y el mundo nos pertenecía. Subidos entre las ramas de la higuera bebíamos al alimón de aquella botella cuyo líquido blanco sabía tan rico, nuestra alegría iba en aumento, no podíamos parar de reír y de parlotear, era tal el alboroto que mi madre salió al jardín a ver qué pasaba.
Estuve tres días enfermo, devolviendo y aún se me revuelve el estómago cuando veo una botella de anís.



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