Estuvo allí, inmóvil, con el libro en las manos durante mucho tiempo. Yo lo ví. Luego cogió su bicicleta y se alejó cuesta abajo. De entre las páginas de su libro una nota cayó al suelo. La curiosidad pudo más y me acerqué a recogerla. "Más no lo maté con armas, le dí una muerte peor: ¡lo besé tan dulcemente que le partí el corazón!" decía. Me pareció hermosa. La firmaba Alfonsina Storni.
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