Los fríos ojos del prelado miraron a través
de los cristales de las gafas al niño que se sentaba frente a él. Este parecía
asustado, a punto de caerse de la silla o de salir corriendo. El cura tenía las
manos cruzadas bajo la barbilla y le hablaba en voz baja, con una falsa sonrisa
en los labios.
—Ne
tengas miedo —le decía
Le
invitó a que se acercara y luego a que se sentase en el sillón episcopal,
acomodándole entre sus piernas.
—Mira,
si quieres puedes escribir con mi pluma —le dijo con voz amable— ¿a que es
bonita, no te parece?
El niño
la miró con curiosidad. Sí que lo era.
—Puedes
jugar con todo lo que hay en la mesa. Te lo dejo. Pero ten cuidado que no se
rompa nada.
Lo que
más le gustaba eran unas esferas de cristal que tenían dentro un paisaje y al
darlas vuelta nevaba. También aquella especie de balancín con un papel grueso
que se movía a un lado y otro. Estaba tan entretenido que no se dio cuenta de
que monseñor se movía de un lado a otro y suspiraba detrás de él sobre su
oreja. Solo cuando notó su mano restregándole en su entrepierna, sintió una
gran incomodidad, se puso de pie y salió corriendo. No sabía por qué, pero
aquello no le gustaba. Miró hacia atrás pensando que el cura le perseguiría,
pero pudo verle, recostado en su butaca, suspirando y con una expresión muy
extraña en la cara.
Después
no supo qué hacer y decidió no contárselo a nadie.
Dos
días después el prelado presentaba su último libro. Le rodeaba toda la prensa,
apenas podía contestar a las preguntas, tantas le hacían.
—López
San Juan, del Primer Diario. ¿Es cierto, monseñor, que en su libro describe
usted el sida como un acto de justicia?
— Creo que el sida no es justicia divina sino una especie de justicia inmanente y también
que jugar con la naturaleza del amor puede conducir a catástrofes así
Miró por encima de
las gafas a toda aquella gente que estaba allí para escucharle y sonrió
satisfecho de sí mismo.
2 comentarios:
Alabo tu estilo, forma y contenido. Me gusta de la manera que haces parezca sencilla cuanto dice tu relato.
Encantada de conocerte,
Besos muchos
tRamos
Un tema duro tratado con una gran sensibilidad. Expones sin herir, lo gritas sin vocear. Lo dificil lo haces facil. Me gustó leerte.
Un abrazo.
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