jueves, 1 de agosto de 2019
''Libertad, Igualdad...''
(Francmsonería)
Elisa había oído hablar de la masonería cuando era pequeña, solían comentarlo sus padres en casa, en voz baja. También, cuando ya era una adolescente y se fijaba en las noticias de la televisión volvía a oírla, esta vez unida a algo que tampoco entendía: el contubernio judeomasónico. Aquello era como hablar de gente de mal vivir o peor, porque, al parecer, eran los culpables de todo lo malo que sucedía en el país. Cuando eres joven no te haces preguntas sobre asuntos de este estilo, lo único que quieres es pasarlo bien y te olvidas de lo que no entiendes. Además, por aquellos tiempos había algunas cosas sobre las que no se preguntaba porque eran tabú.
Hubo un tiempo en el que Elisa comenzó a interesarse por los temas de la política y cosas similares. Así se preguntó a qué se referirían con aquello del 'judeo'acompañándo al 'masónico'. Si se trataba de judíos menudo lío, porque para ella, estos eran aquellos pobres vestidos a rallas y delgados de no comer en los campos de concentración, en época de la guerra mundial. Habían muerto como moscas. Necesitaba entender la razón para que les trataran así y para que, junto con los masones, fueran como el diablo en la tierra.
Tuvo que pasar el tiempo y llegar Internet a su casa para que pudiera informarse con comodidad sobre estas cosas que no entendía y otras que tampoco. Pero esto fue después de escuchar a Jacinto Portolés dando una charla magistral en el claustro de la Universidad, sobre esto de la masonería. Acudieron muchos estudiantes, hablar de esto había sido algo subversivo, un tema que casi siempre había asustado a la gente. Lo primero que dijo fue: ''Libertad, igualdad y fraternidad'' y Elisa se dijo que esas eran palabras universales escritas en los corazones de la gente. ''Libre y de buenas costumbres''. Así debía ser cualquiera que deseara sumergirse más a fondo en esta manera de entender la vida. Portolés respondió pregunta tras pregunta y se encargó de aclararles todas sus dudas. A lo largo del curso les habló de la vieja fórmula en que se basaban y que debía ser entendida como derecho y deber al desarrollar las propias condiciones e ideas -sean cuales fueren- y ser coherentes con uno mismo haciendo que esas condiciones e ideas mejorasen la parte del Universo que te rodea, empezando por uno mismo.
Había otras cosas, todas le parecían de tanta calidad humana que no podía entender por qué no éran todos masones, puede que el mundo fuera mucho mejor. Por qué eran tan misteriosos y sobre todo qué había de malo en ellos para que fueran parte de un contubernio que espantaba a la gente y a los gobernantes.
Desde entonces se dedicó a observar a los demás, a los amigos, colegas, jefes... incluso a los amantes para ver si era capaz de descubrir a alguno por la manera en que viven y se comportan. A veces le parecía que sí... las más estaba segura de que no. También observó que ahora hay algunos que abiertamente se declaran masónes. A esos los observaba con más cuidado, le interesaba saber si cumplían con lo que creen.
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