Hay un ayer y un hoy en el aire, se balancean
ambos al compás y revuelven el poso de los recuerdos. Hay un hoy que deviene de
lo que fue y no se sabe a dónde se dirige. El cielo tiene el viejo tono azul y
el sol su sempiterno brillo y sus cálidos rayos de siempre; también en el
ambiente flota el mismo olor a hierba fresca que se va secando al sol y el
perfume de algunas flores que parecen sudarlo tocadas por la gracia del astro
rey.
Miro como amanece el día, contemplo los
paisajes conocidos en los que puse mis ojos tantas veces, esos que inmortalicé
en imágenes grabadas a destiempo. ¿Qué busco? La calle sube en dirección a la
parte alta del pueblo desde donde se ve el mar azul y brillante, lejano y
apetitoso. Sigo el sendero labrado en la montaña por miles de caminantes
durante cientos de años. Sé lo que hay arriba, lo recuerdo perfectamente de
otras veces. A lo lejos la costa vasca, los molinos de viento rodando en el Super Puerto, los acantilados blancos de Punta Galea y más lejos aún, a las
noches, las luces brillantes de Gorliz y Plentzia dándose un baño nocturno y
parpadeando a la costa, enfrente.
Hay pequeños yates en la bahía con gentes
tomando el sol en la cubierta de proa y niños lanzándose al agua profunda para
buscar sirenas. Hay mucho mar, mucha playa y mucha gente que desea olvidar. En
medio de todo eso se esconde un fantasma que no busca sirenas sino que vigila
silencioso deseando que todos le olviden. Yo miro al norte, de allí llegan los
grandes gaseros que esperan, en la entrada del puerto a que les den permiso para
entrar. Vistos desde donde estoy parecen ballenas varadas y silenciosas,
indiferentes al olor, al sabor, al dolor. De pronto ya no me pregunto qué estoy
buscando porque por fin entiendo que lo que busco es un imposible, absurdo perseguirlo.
Lo entiendo. ¿Lo entiendo? Miro una vez más y voy bajando. Por la calle veo
gente con el pan y el periódico bajo el brazo, con chanclas y traje de baño.
Cinco minutos después yo también llevo mi pan. El periódico no. Mienten. El
traje de baño tampoco. Eso luego.
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