miércoles, 1 de julio de 2020

Sueños para el mal dormir













De pronto apareció en la pantalla del televisor de mi casa, allí mismo como si estuviera presente y me miró. No fue solo esa vez, hubo otras también casuales hasta que me encontré buscándole por todas las páginas de los periódicos y revistas y si no lo encontraba me sumergía en las de Youtube, Facebook, Instagram, ese mundo que parece paralelo y sin embargo está ahí al alcance de la mano. Pero él no lo estaba, quiero decir: no estaba al alcance de mi mano, porque tenía página y perfil en todas las Redes Sociales y miles de seguidores y suscriptores que le dejaban mensajes emocionados.
Yo escuchaba sus declaraciones y admiraba su talento para ganarse a la gente con su saber hacer y su sonrisa. El sabía que llamaba la atención por su trabajo y comprendía que añadir a su talento intelectual un poco de picardía mirando fijamente a las cámaras, de tal manera que parecía que mirara a cada uno en particular, atraía a muchos fans. 


En el blog D. Ferré



A veces en algunos corazones se encierran amores que quizá ni uno mismo se confiesa, que permanecen ocultos sin que se les nombre, que estuvieron en su día esperando brotar para darse a conocer y se les pasó el momento. Y están ahí callados, secretos, sin una pizca de esperanza. Algunos podrían hacerse reales con un poco de valor, otros son tan imposibles que ni siquiera se plantean asomarse a los ojos de los que los llevan dentro. Los amores imposibles pueden causar pena, también pueden olvidarse si es lo que se desea, o pueden conservarse ocultos, secretos, sin esperanza pero proporcionando sentimientos en los que recrearse cuando todo se convierte en nada.
A veces una mirada de alguien que sabes que no te ve aunque te mire y que no te verá jamás, que ni sabe que existes, ni se imagina que ocupa tu pensamiento, puede resultar suficiente para despertar un sueño en una noche de insomnio.













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