(Tema La playa)
Siempre le había sorprendido la inmensidad de aquella playa solitaria y
habitualmente tranquila. Por eso la escogía cada año para sus vacaciones.
Había soñado con llegar a la arena, descalzarse y entrar en el agua, así que lo
hizo. Aún no había nadie, era demasiado pronto. Nadaba confiado, se sentía
en paz consigo mismo. Miró al horizonte; una embarcación, más bien un cascarón
descolorido, avanzaba lentamente. A la vez, por la playa, se acercaba un hombre con las
cañas al hombro, buscando un sitio donde pescar.
La embarcación llegaba ya a la orilla. Dentro, aquellos ojos llenos de espanto
en las caras oscuras y macilentas de seres humanos en busca de su suerte.
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