viernes, 31 de julio de 2015

Del azar o de la suerte







(Tema: Testamento)





      Samuel West conoció a Florencio Bratt en el parque, sentados uno frente al otro en dos bancos de madera, entre jardines, árboles frondosos y gravilla en el paseo. Sam llevaba comida a los pájaros. Flo, era nuevo en la zona. Había venido a vivir a casa de su hijo y pronto había descubierto aquel lugar. Al principio Florencio miraba a Samuel y sus parajitos, luego alguno dijo algo, quién sabe si sobre ellos, o sobre el calor o el frío y así comenzó su amistad.

     Samuel decía que nunca había necesitado a nadie. Se había dedicado a trabajar. Era abogado. Su despacho había crecido, con mucho esfuerzo al principio y después, gracias a su buen ojo para elegir a sus socios y empleados. No se había casado, no tenía hijos, ni hermanos y sus padres hacía mucho que habían muerto, dejándole una bonita suma de dinero y una casa preciosa frente al lago. Era un solitario. Sus experiencias con las mujeres no habían sido buenas. No las culpaba, él era lo que suele llamarse un tipo raro. 

     Flo fue encargado en un gran almacén y tenía tres hijos. Un día le comentó a su amigo que estaba pensando en poner en orden sus cosas:

—Me estoy haciendo mayor y creo que ha llegado el momento

—No somos tan mayores —le respondió Sam— aunque, la verdad, la muerte se presenta, a menudo, sin avisar.

—Tú debes saberlo mejor que yo, seguro que habrás tenido más de un pleito a causa de estos asuntos de las herencias.

—Desde luego, unos cuantos, pero no quiero pensar en ello. Yo tendré que meditarlo mucho para hacerlo bien, no tengo herederos directos, como ya sabes. Si necesitas ayuda...





     En el mes de junio, Samuel iba siempre a Murmuring Waters. Le gustaba la vida relajada del lugar, los masajes, el agua golpeándole con fuerza la espalda. Coincidía allí con algunas personas, en el comedor o en los paseos, que eran habituales como él y con las que había entablado una especie de amistad. Florencio estaba en el pueblo de su mujer, donde la familia de su hijo pasaba las vacaciones siempre. Así que olvidó todo lo relativo al testamento de su amigo.


 
     Después de su estancia en el balneario, Samuel pasó unos días en su casa del lago, para asegurarse que todo estaba bien allí y se dedicó a pescar. Le gustaba, pero devolvía los peces que picaban al agua. Casi en otoño, decidió pasar unos días en Florencia. No era la primera vez, volvía porque allí nunca se aburría, ni se sentía solo. Disfrutaba sentado en la terraza de alguno de los ristorantes de la Piazza della Signoria. Desde que se había jubilado, la soledad le rondaba y se hacía presente cada vez más a menudo.

     Ya en casa, volvió a la rutina. De vez en cuando acudía al despacho a echar una ojeada para saber que todo iba bien y retomó los paseos por el parque. Esperaba encontrar a Florencio sentado en su banco, pero, al parecer aún no había regresado. Pasó el mes de setiembre y el de octubre y Flo seguía fuera.  Amarilleaban los árboles y cubrían con sus hojas los paseos, cuando Samuel se inquietó por su ausencia.

—Mi padre murió a mediados de agosto —le informó el hijo de Florencio— estábamos en el pueblo y lo enterramos allí, junto a mi madre. Debiera haberte llamado, pero fue todo tan inesperado que no me acordé, creía que ya lo sabías. Lo siento.

     Samuel volvió a casa con la cabeza baja y el corazón encogido. Aquella noche no pudo dormir; pensó y se preguntó sin encontrar respuesta a sus preguntas. ¿Quién, a lo largo de su vida, había sido merecedor de su agradecimiento?  Entonces fue consciente de su soledad, él, que  siempre había pensado que no necesitaba a nadie, no encontraba en su memoria alguien que, ahora, pudiera necesitarle a él.  

     Siete años después, John Martin, Director de FAPD, Fundación para la Ayuda a Personas Discapacitadas, acudió a la apertura de las últimas voluntades de Samuel West, al que no conocía de nada. En la notaría se encontró con un grupo de personas pertenecientes a otras asociaciones benéficas que, como la suya, habían resultado beneficiarías en su testamento. 


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