Semana XXXIII: El Miedo -Micro
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Las aguas del río hoy bajan turbias,
siempre pasa cuando llueve mucho. Alguna casa, aún así, se refleja temblorosa
en ellas.
El muchacho las contempla parado al
borde del cauce, sobre el muro de piedra entre las sombras de los árboles.
Anochece. ¿Qué pensamientos llevará ocultos, qué secretos que nadie conoce?
¿Qué le impulsa a mirarse ensimismado en el líquido espeso, qué ideas le
sugiere el devenir de la corriente?
Le miro, perdido en sí mismo, como un
animalillo abandonado. No consigo reaccionar, no puedo moverme... ¡Tengo que
hacer algo! me digo. Entonces él sacude la cabeza, baja lentamente a la
calzada, mira a un lado y otro... y se aleja.
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