lunes, 19 de abril de 2021

Eres malo

 

 

 

 

 


 

Chutó el balón con todas sus fuerzas de manera que acabó en el jardín del vecino, rebotó contra los rosales, aplastándolos todos y paró junto a la puerta de acceso a la vivienda. Tuvo que ir a buscarlo: saltó la cerca, entró y salió velozmente como si le persiguiera el diablo. Aún temblaba y ahora tendría que enfrentarse a su madre, que le tenía dicho que no asomara por allí y menos que causase molestias. Tirando de su brazo lo llevó de nuevo a la casa y tuvo que pedirle disculpas con la cabeza gacha y la voz temblorosa, apenas audible.

Aquel hombre era un ser inmundo, su casa olía a muerto, él también. Chete estaba seguro que no se había bañado nunca. Usaba una bata descolorida y el pelo se escapaba de debajo de una gorra mugrienta. Detrás de él un gato gris de mirada torcida, que, seguro que tenía mil pulgas, les miraba con cara de pocos amigos. La madre de Chete le saludó sonriente y le explicó lo que había pasado con las rosas. Estaba dispuesta a traerle esquejes nuevos y el chico se encargaría de plantarlos.

Aquel hombre era un mal educado, insultó a la mujer, llamó de todo al niño y después los mandó marchar con un último exabrupto y un portazo, sin devolverles el balón.

Así fue como Chete se convirtió en un ser malévolo y de malas ideas y lo peor es que lo que hizo le causó gran satisfacción. Una noche atrapó al gato y con la bomba de hinchar las ruedas de la bici, le introdujo aire por el culo hasta que comenzó a hincharse, de mientras le animó a que comiera hasta hartarse. Cuando ya parecía un globo le taponó el orificio y, dándole una patada lo mandó de nuevo contra los rosales recién replantados.

El maullido del gato fue desgarrador, el tapón saltó por los aires y al ir desinflándose el pobre minino rebotaba de un lado a otro. Cuando salió el vecino a ver qué pasaba no entendía nada. Esta vez el responsable fue el gato. Estuvo castigado un tiempo. Él pobre no entiende aún qué ha hecho mal y qué le ha pasado.

 

 

 

 

1 comentario:

Antonio Aragüés Giménez dijo...

Imaginativo a tope. Muy bueno.