sábado, 30 de octubre de 2021

Punto de fuga

 

 

 

 

 


 

 

Me hablabas del punto de fuga y yo miraba el camino y trataba de entenderte. Los árboles pintaban reflejos, las hojas se desmayaban y caían al suelo como atacadas por un súbito brote de pereza. Me decías: para llegar allí donde el camino se pierde, es preciso esforzarse, trazar dos líneas paralelas que acabarán encontrándose.

Anduve mucho, siempre mirando al horizonte, el bosque, tan pequeño a lo lejos, crecía a medida que avanzaba… y el camino se ensanchaba de nuevo. Sigo caminando por si algún día llego al punto de fuga: el que une, se queda y no quiere irse.

 

 

 

 

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