domingo, 8 de diciembre de 2013

No te olvides





De la Red

Para comenzar con su terapia de recuperación de la memoria le hicieron volver a la casa. Una planta rodeada de un porche que miraba al sur. Volvió a sentir miedo. Ya estaba allí, así que no iba a retroceder ahora. La espesa niebla lo rodeaba todo, la tarima rechinó bajo sus pies. Miró aterrada la alfombra. Le recordaba algo pero ¿qué?
Súbitamente todo vino a su memoria: La estrella de David pintada en la pared, el cuerpo de Eleazar atado a la balaustrada ensangrentado y sobre la alfombra su corazón muerto.
Cerró los ojos y lo olvidó todo de nuevo.


 
Llegar a la meta

Habré ganado por lo menos ¿no?
—Lo siento, pero no. Te caíste justo cuando ibas a tocar la meta.
— ¡Joder! ¿Quién ha ganado entonces...  ¿él?
—Sí.
— ¡Cabrón!






Baja laboral

En la Red


Éramos veintiséis en mi patrulla, los veintiséis bien entrenados, dispuestos a todo y deseando empezar. Cuando la reina dio la orden salimos los primeros, todos al paso, silenciosos, no había tiempo que perder. Seguimos el rastro de nuestro guía y los centinelas ocuparon sus puestos. Nuestras compañeras trabajaban rápidamente, seguras por nuestra presencia. En total éramos veintiséis y volvimos quince, ellas con su carga al hombro, todos iguales de rápidos y silenciosos, pero quince. A nuestros compañeros les pisó aquel niño al que no le gustaban las hormigas.
 

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