viernes, 18 de julio de 2014

Te digo adiós






Imagen en la Red
          Te espero a las siete, me dijo y creí sentir un ligero temblor en su voz, a través del teléfono. Donde siempre, en nuestra mesa. No tardes, le dije yo, nervioso.
No quise perder el tiempo en aparcar la moto más lejos, exponiéndome sin preocupación a una multa. Ahora que había vuelto, seguro que quería volver conmigo.

          Cuando la vi entrar, se me paró el corazón un segundo. Todavía me descolocaba solo con mirarla. Se sentó a mi lado, pidió una copa de txakolí y me miró directamente a los ojos. Estás como siempre, me dijo. Y tú más guapa. Sacó de su bolso la tablet y la dejó sobre la mesa, encima de ella puso la pulsera de oro blanco que le regalé en nuestro aniversario y a su lado la Barbie que le compré para recordarle que debía comer más, pues estaba muy delgada. Lo siento, me dijo apurada, me caso el mes que viene. Creo que debo devolverte todo esto. 

          Se levantó y antes de irse, le dio un sorbo a su copa mirándome fijamente por encima de ella.

No hay comentarios: