jueves, 3 de julio de 2014

La cometa









Hay un lugar en ni cabeza en el que me veo envuelta en una nube, floto y me dejo llevar por la brisa, no pienso, no digo nada, el silencio y las demás nubes me rodean y me llevan hacia arriba, hacia el azul intenso del cielo,

Subo y bajo lentamente, a veces giro sobre mí misma y no soy yo, mi cuerpo no me pertenece, no lo necesito.  Entonces veo, enredada en las ramas secas de un árbol, una pequeña cometa, sin color ya, ajada.

Siento que debo cogerla y luego la muevo lentamente hasta que la suave brisa la eleva... arriba, arriba... La dejo libre. Me quedo mirándola y pienso que siempre hay tiempo, que, aunque parezca que ya no queda nada por hacer, hay que seguir volando. 



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