sábado, 6 de junio de 2015

Vente conmigo






 (Tema relojes)




   Akin miró el reloj de la estación. Había tiempo; tal vez aún viniera. De pronto recordó el reloj de cuco que su madre había heredado de la suya. De niño esperaba, hipnotizado, ver salir el pajarito: ¡cucú! La hora en aquel reloj moderno era fría e impersonal.

No, ella no vendría  

   Miró la palma de su mano, pálida en contraste con su piel negra y luego observó sus uñas, sin saber por qué lo hacía. Había confiado en que fuera valiente, pero, quizá le había pedido demasiado.

   El pitido sonó tres veces; se acabó, pensó. Miró el reloj de su muñeca: las 10. Justo entonces el tren se puso en marcha. Y él dejó atrás sus ilusiones.





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