sábado, 19 de septiembre de 2015

La esquina indiscreta








A las ocho de la mañana, los niños van llegando a la esquina de la Inmobiliaria para tomar el autobús del colegio. A las diez se encenderán las luces del comercio y abrirán la puerta. 

Cada día, la pareja de enamorados se para, comentan los precios de los pisos y se alejan enlazados. 

Como todos los martes, la mujer de cincuenta espera a su amiga en la esquina y luego se van caminando ligeras.

El día pasa rápido, a las cinco volverán los niños. A las ocho y media, cuando ya haya oscurecido, el novio de la empleada de la inmobiliaria la estará esperando, fumando un cigarrillo. 

Yo toco el violín en la esquina de enfrente; creo que hoy podré dormir a cubierto. 



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