Ni la soledad, ni la dureza del viaje, ni la
desesperación consiguieron vencerle. Solo le atormentaba el recuerdo de los
brazos, de la voz y el aroma de Kata, su esposa. Eso hizo el viaje más difícil.
El desarraigo, las penurias, todo se mezclaba con la nostalgia por tenerla. Por
ella cruzó la tierra. Por ella subió a aquel barco. Pensó en ella cuando cayó
al agua y se ahogó.
Porciones
del alma - Romántica
concurso el
8 de Agosto del 2015
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