domingo, 15 de mayo de 2016

Alegres vacaciones





Imagen de la Red





El año para Inés comenzaba en verano, cuando iba a casa de sus tíos en un pueblo de la costa. No habría cambiado aquellos días por nada en el mundo. A veces se preguntaba cómo podía estar tan contenta dejando a sus padres solos tanto tiempo.

Los baños en la playa, los paseos en bici, las merendolas. Las romerías y los primeros amores. No sabría decir qué le gustaba más. Volver a casa era como caer de una nube para toparse con la realidad.
Un verano su madre no pudo contenerse y se echó a llorar. Sorprendida se dio cuenta de que nunca había pensado que pudieran echarla en falta.




1 comentario:

la MaLquEridA dijo...

Las madres siempre echamos en falta a los hijos.

Buen relato,


Saludos