Margarita tenía
fama de mujer tranquila. Trabajaba en la tienda, llevaba su casa y veía la
televisión con su familia. Decían que era buena persona y que siempre estaba pronta
a echar una mano a todo el mundo. Otros pensaban que era una aburrida, tan
seria y sin imaginación. Margarita solía reírse a solas, mientras imaginaba
historias que la transportaban a situaciones estimulantes, alejadas de la
rutina de su vida y sobre todo pensando qué dirían si supieran lo que hacía.
El día que murió,
comentaron los amigos que había tenido una vida aburrida. Su marido, poco
después, encontró una colección de novelas eróticas en un cajón, escritas, para
su sorpresa, por ella. No se lo dijo a nadie.
2 comentarios:
...Se lo digo, no se lo digo.. Se lo digo, no se lo digo.. Se lo digo..
La vida pública, la privada y...la secreta. Buen texto.
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